Reforma integral de una vivienda de 250 m2 en la cuarta planta de una finca protegida en el barrio de Chamberí en Madrid. La vivienda se demuele en su totalidad exceptuando los muros de carga y se adaptan las nuevas necesidades de programa a las aperturas existentes en dichos muros, así como a los núcleos húmedos de la vivienda. La cocina se situa en una posición en la que cobra protagonismo y se diseña como elemento de paso y separador entre la zona pública y la más privada de la vivienda. Se respetan y restauran todas las molduras antiguas así como las carpinterías exteriores. Los materiales y el mobiliario seleccionados buscan renovar el espacio sin que pierda su esencia y caracter.